Vamos con los chicos a ver Teatro!


¿Y POR QUÉ VAMOS JUNTO A NUESTROS HIJOS, NIETOS Y SOBRINOS AL TEATRO?

Cómo vivir la experiencia del teatro con nuestros chicos

Proponemos el siguiente DECÁLOGO de pautas para facilitar la visita al teatro, disfrutar al máximo de la función y continuar la experiencia teatral en casa. No se pretende que estas pautas se tomen al pie de la letra, sino que sirvan como sugerencias puntuales, ya que la experiencia teatral no es una fórmula matemática y debemos permanecer abiertos a lo inesperado.

1. ¿Y por qué vamos juntos al teatro? …Para pasárnoslo bien juntos.

Ir al teatro con nuestros hijos y disfrutarlo implica una presencia física por nuestra parte; significa que debemos estar con ellos, compartir, guiar, preguntar, reír y llorar juntos. Acompañémosles dentro del teatro y veamos la función juntos, para poder responder a sus preguntas, para enseñarles a escuchar y a observar. Nosotros estaremos también aprendiendo de nuestro/a hijo/a, observándolo/a, descubriendo lo que le hace reaccionar, lo que le hace prestar atención, lo que le gusta y lo que no le gusta.

2. ¿Y por qué nos pueden escuchar los actores?... Porque ellos están aquí con nosotros, en vivo.

La experiencia del teatro es “en vivo”, vemos a los actores en directo, y aunque ellos estén metidos en sus personajes, también nos perciben a nosotros. Estas sensaciones causan un gran impacto en los pequeños espectadores, y permanecen con ellos durante mucho tiempo después de una función, pudiendo recordarlas y reelaborarlas.

3. ¿Y por qué se titula así la obra de teatro?... Porque el director pensó que nos gustaría ese título.

Si conocemos la historia que vamos a ver representada puede sernos útil contársela a nuestros hijos, hablarles de ella, prepararlos para la sorpresa de cómo nos contarán esa historia unos actores en un escenario. Si no conocemos la historia, pero podemos leer un poco sobre lo que trata la obra, también podemos compartirlo con nuestros hijos, quizás enseñarles una imagen, sobre todo a los más pequeños.

4. ¿Y por qué no podemos llegar tarde?...Para no perdernos el principio.
Es importante llegar puntual al teatro. La experiencia para nuestros hijos comienza desde que les contamos que vamos a ir al teatro. Apresurar la salida y llegar cuando el teatro ya ha apagado las luces puede molestar al resto del público, nos produce ansiedad y hace que nos perdamos momentos claves que nos preparan para estar atentos durante la función. Por otro lado, los espectáculos para los más pequeños duran 35 minutos, por lo que los primeros 10 minutos son necesarios para seguir el resto de la función.

5. ¿Y por qué tenemos que apagar el teléfono celular?... Para que no nos interrumpa nadie.
Apagar el teléfono durante la función es una norma conocida por todos pero cabe recalcar la importancia de la misma. Apagando nuestro teléfono estamos siendo un ejemplo para nuestros hijos no sólo por respetar a los actores y al resto del público, sino también porque les estamos diciendo que estamos aquí con y para ellos, y que nada va a interrumpir estos momentos juntos.

6. ¿Y por qué no podemos merendar en el teatro?... Para no molestar al público o a los actores.
En el teatro no se puede comer ni beber. Los sonidos producidos por bolsas, papeles, y demás se ven magnificados en un espacio cerrado y en silencio, molestando a los actores y al resto del público que quiere disfrutar de la función.

7. ¿Y por qué nos sentamos aquí?... Para poder ver mejor.
Sentamos a los más pequeños delante de nosotros, nos ponemos al lado de los mayores, y a los más independientes, les dejamos que se sienten solos, con todos los demás niños, muy cerca del escenario. Nosotros nos sentamos de manera que podamos observarlo/a, ver cómo reacciona, estar atento/a por si necesita algo. Es importante asegurarnos de que puedan ver bien, que no haya una persona muy alta sentada delante de ellos por ejemplo.

8. ¿Y por qué apagan las luces?... Porque eso significa que va a empezar la función.
La oscuridad en el teatro es un momento que puede provocar miedo, llantos, desconcierto entre los niños, por lo que es recomendable prepararlos, comentarles que puede que se apaguen las luces, hacerlo en una habitación de casa, siempre cerca de ellos, hablándoles, dándoles la mano, para que nuestra voz y tacto los tranquilice.

9. ¿Y por qué nos reímos y lloramos en el teatro?... Porque hacen cosas divertidas y otras muy tristes.
En el teatro pasan muchas cosas, es imposible acordarnos y “digerir” todo lo que hemos visto. Nos quedaremos con aquello que nos haya emocionado más, que haya despertado nuestra curiosidad y que nos haya impresionado. Podemos hablar de ello en casa con nuestros hijos, haciéndoles preguntas que fomenten su pensamiento crítico y no preguntas con respuestas fáciles. Por ejemplo, ¿Qué parte te ha gustado más?; ¿Porqué?; ¿Qué le contamos a los primos de lo que hemos visto?; ¿Quieres que vengamos otra vez al teatro, o mejor no? Con los más pequeños, podemos imitar acciones que hemos visto en la obra en casa, poner música, asociar palabras con movimientos vistos en escena.

10. ¿Y por qué no vamos juntos al teatro otra vez?... Claro que sí.
Y bien puede ser que aunque a nuestro hijo/a le guste ir al teatro, esto no significa que todas las visitas deban ser un éxito. El teatro provoca emociones diversas y una determinada obra puede no ser del gusto de nuestro/a hijo/a. Y si la primera visita no es un éxito, tampoco significa que no le vaya a gustar ir más veces.

Gracias por visitar la sala de teatro de La Ventolera!

Escrito por Carolina Ramos, Directora de Educación de KATARSIS, Educación y Teatro S.L.
Inspirado en “Ir juntos al teatro: un vademécum que no debe tomarse muy en serio” elaborado por Acción Educativa.

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